Presentación

La gravedad de la crisis política que atravesamos nos conduce a un modelo de democracia exclusivamente representativa de los intereses de un núcleo muy pequeño de población (el 1%) que posee el capital financiero. Esta modelo de democracia al que nos conducen es gestionada por un envoltorio de partidos y organizaciones que, acomodándose en todas las instituciones y ámbitos del estado, toma las decisiones en función de los intereses de ese 1% de la población y con el único objetivo de seguir manteniéndose en el poder.
El conglomerado de partidos y organizaciones está formado por la mayor parte de los partidos políticos más una burocracia mantenida en las organizaciones empresariales y sindicales.
En estos momentos se hace necesario avanzar hacia un modelo de Democracia Económica, Participativa y Social, que represente los intereses de la mayoría de la población. Que represente los intereses del 99% frente la los del 1% restante que actualmente está tomando las decisiones en su único beneficio. Hacen falta nuevos cauces de participación de los ciudadanos en la toma de decisiones relevantes para los intereses de la mayoría.
Avanzar hacia este objetivo, requerirá mejorar la coordinación de todos los movimientos sociales que reivindican una mayor representación y un protagonismo más directo en la defensa de sus intereses.
Organizar una Plataforma Electoral que pueda representar los intereses de la mayoría de la población es un objetivo inmediato y urgente.
Este blog, aunque gestionado de forma individual por Miguel Toro, aportará las ideas de núcleo de personas que están trabajando en esta dirección.

viernes, 11 de septiembre de 2015

REPRESENTACION INSTITUCIONAL Y SISTEMA DE PARTIDOS (Manuel Armenta)

Manuel Armenta

 

 

Como se ha venido manifestando desde todos los sectores sociales, la crisis que se inició en el 2007 no sólo tenía carácter económico sino, político, sistémico, productivo…y un largo etc. que  traería consigo, entre otras cosas, el desmontaje y destrucción de muchos de los avances en condiciones de vida y derechos que el proceso democrático había implementado. La realidad está siendo más grave incluso, que lo que esas manifestaciones y análisis presagiaban, como se manifiesta en una gran mayoría de ciudadanos de todas las clases, capas y sectores sociales.

 

La realidad que vivimos es insostenible para esa gran mayoría social, que rechaza y exige un cambio de tendencia: de las políticas, del uso que los partidos hacen de la estructura de poder político e institucional en su exclusivo beneficio y de la corrupción que lo invade todo.

 

El poder político instalado en todas las estructuras de Gobierno (Estado, Comunidad, Provincia y Municipio), representadas por los partidos políticos que participan de él, en mayor o menor medida, son censurados y rechazados por sus formas de ser y estar en política, que solo busca su asentamiento y el de sus militantes en las Instituciones Públicas de forma vitalicia, a costa del interés general de la población a la que representan. En consecuencia, todos los partidos (con especial incidencia en los históricos), necesitan su refundación y cambio de naturaleza, para poder ser, en alguna medida,  instrumentos del CAMBIO DE TENDENCIA Y DE SERVICIO PÚBLICO a los ciudadanos, que es lo que la sociedad necesita y demanda mayoritariamente.

 

El referente básico del nuevo poder institucional, con capacidad real de inicio de un cambio en las políticas de “austeridad”, de servicio al interés general y a los sistemas participativos que formalicen el protagonismo y presencia no partidaria en las Instituciones del Estado, tiene su mejor expresión en Podemos (como estructura de partido político plural), en diferentes estructuras políticas de ámbito comunitario (nacionalistas u organizaciones de rupturas de partidos políticos), en los movimientos y organizaciones sociales (plurales) y en los liderazgos naturales de tipo individual (ajenas a organizaciones políticas). La Unidad Popular que millones de personas demandan para cambiar la situación, y que hoy debe tener expresión en las Elecciones Generales para acceder al Poder del Estado, es ésta y no la que se demanda desde otros escenarios interesados de la izquierda. Es esa nueva alternativa, la  que deberían apoyar sin interés y protagonismo partidario y participar individualmente en la misma. La Unidad Popular HOY no puede tener expresión en el protagonismo de los partidos políticos que se rechazan y censuran….por muy de izquierda y representantes de los trabajadores que se sientan, o pretendan serlo con el referente de la historia.

 

Ahora y ante la Convocatoria de Elecciones en Cataluña y Generales del Estado, debemos centrarnos en unir candidaturas y candidatos con el sentir general: del cambio, y de la regeneración de las élites de los partidos y de su forma de ser y estar en la política y en las Instituciones. Mañana y en función de la fortaleza del nuevo poder popular en las instituciones públicas, unido de verdad con las demandas, las luchas y las protestas de la calle, y la actitud de unos y de otros en este proceso, habrá que decidir el camino a seguir y las formas de actuar y de confluir que hagan de la realidad posible para el interés general,  las políticas del cambio.

 

Los partidos u organizaciones políticas, ni tienen ni deben desaparecer, salvo que la sociedad y las personas alcancen cotas de igualdad, derechos y estructuras de convivencia que hagan innecesaria la confrontación ideológica y las luchas de poder de clases o sectores sociales. Un futuro lejano en la práctica pero presente siempre como ideario político y de valores humanos. Es la realidad histórica de las transformaciones sociales, económicas y políticas y ciertos grupos de personas (convertidas en élites de poder), las que imponen las formas de proceder de los partidos y organizaciones políticas, destructivas del bien común y de sus propios militantes y seguidores, aunque en su mayoría sean ejemplares por su honestidad, sacrificio y entrega. Y es por ello, que el planteamiento no implica su desaparición, sino la regeneración del sistema imperante organizativo, y el cambio sistemático y periódico de las élites o personas que los gobiernan, que son los exclusivos responsables de la absoluta falta de representación de los sistemas democráticos y justicia social, así como de  las personas  y sectores o clases sociales a las que dicen defender con sus discursos.

 

Si bien la mayoría de representantes electos de las Instituciones Públicas en áreas de Gobierno o de cualquier otra función,  procederá de las organizaciones políticas y sociales, se debe de cambiar la tendencia y práctica habitual, de que todas las contrataciones de cargos públicos que las Instituciones requieren para su normal funcionamiento, no se soporte en la militancia activista de la política, sino en la capacidad y experiencia profesional, y el compromiso ético y de servicio público, vinculado a un sistema de convocatoria público, abierto, revocable y renovable de acuerdo con los principios de eficiencia y los procesos electorales. Es fundamental que el concepto de profesionalidad en la vida política, no se aplique más allá de los cargos electos, que son quienes responden a la voluntad popular expresada en las urnas para ostentar formas de representación y responsabilidad política Institucional, y en ningún caso a la militancia ni a la organización política que presentó la candidatura.

 

Estos conceptos de representación Institucional y la función que en la misma deben jugar los partidos políticos y organizaciones que participan en los procesos electorales, debería ser uno de los referentes de la nueva forma de ser y estar en política, para que así se abrieran cauces a nuevas normas y procedimientos que permitieran avanzar por el camino del cambio, que también reforzaría la idea de los procesos de regeneración de algunos partidos políticos, y de otras formas de organización que adolecen de los mismos problemas de fondo.

 

En esta misma dirección deben incidir los sistemas de participación directa y de protagonismo ciudadano en las políticas y acuerdos básicos que las administraciones acometen, tanto con las políticas planificadas y programadas, como con las sobrevenidas. Caminos esenciales para que el sistema participativo sea real, exigiría: a) que los representantes electos mantuvieran en los ámbitos territoriales y profesionales de los que provengan, relación cotidiana de trabajo con los movimientos y organizaciones al objeto de que cumplieran también, las funciones de portavocía y representación de sus problemáticas y demandas en las instituciones; b) que el conjunto de organizaciones sociales, sindicales, profesionales, de la mujer, estudiantes, mundo de la cultura, etc.etc., reconocidas y registradas para ejercer funciones propias de sus ámbitos y territorios, dispongan de mayores competencias y protagonismo para intervenir en las políticas institucionales que les afectan directamente; y c) que cualquier tipo de política que afecte y trascienda básicamente en la vida de las personas, que deba decidirse por los gobiernos, se soporte en la voluntad popular mediante fórmulas de consulta vinculantes.

 

 

 

 

 

                                                                                                 Sevilla, 8 de septiembre de 2015.

 

                                                                                                      Manuel Armenta Espejo.

sábado, 14 de febrero de 2015

Las Administraciones públicas necesitan más transparencia

 

 

Una base fundamental de la democracia en Europa es el mantenimiento y profundización de los servicios públicos para la mayoría de la población: justicia, enseñanza, sanidad, pensiones, atención a los mayores, niños y discapacitados, atención al desempleo, etc.

Si los servicios públicos no se mantienen y los partidos políticos siguen cediendo a las presiones de la minoría poderosa, que cada vez concentra más riqueza e ingresos, que evade impuestos, aumentará la desafección de los ciudadanos hacia los políticos. Y lo que es más importante se empezará a poner en cuestión las bases de la democracia que con tantos esfuerzos hemos construido. Democracia que en España costó muchos años y vidas conquistar y que ahora empieza a resquebrajarse con el deterioro de los servicios públicos, el control de los medios de comunicación por una minoría, la privatización de la sanidad y la enseñanza.

Para aumentar la calidad de la democracia hay que aumentar la calidad de los servicios públicos: medios de comunicación, sanidad, enseñanza,… Y debemos tener en cuenta que la calidad tienen que medirla los usuarios de los servicios públicos y la población en general. Eso implica la necesidad de diseñar nuevos mecanismos de participación de los ciudadanos en la evaluación, gestión y orientación de los servicios públicos. Eso implica participación de los usuarios en la gestión y dirección de los hospitales y de la política sanitaria, en las Universidades, las escuelas y en la política educativa, en la gestión de las televisiones públicas,… Eso implica crear comisiones, donde participen ciudadanos elegidos directamente, para gestionar y tomar decisiones relevantes.

La calidad debe ser medida por los ciudadanos que los usan y por la población en general que los mantiene con sus impuestos. Para aumentarla no solo se trata de dedicar más recursos públicos, que evidente hay que hacer, hay que también introducir medidas en los Servicios Públicos que premien a los mejores servidores públicos y evidencien a los peores. Hay muy buenos profesionales en los servicios públicos y también otros que no se merecen el salario que ganan. Hay que introducir más transparencia en los resultados obtenidos y también mostrar quién trabajó más para conseguirlos. Hay que destacar a los mejores profesionales en los servicios públicos frente a los demás, premiarlos económicamente y permitirles tomar las decisiones importantes junto a los representantes directos de los ciudadanos y de los partidos políticos elegidos. En definitiva los trabajadores de los servicios públicos debemos tener las mismas ventajas y responsabilidades que los trabajadores de los sectores privados.

También es importante incrementar la transparencia en las percepciones de los funcionarios que tienen, además, una retribución del ámbito privado o que usan o han usado su posición como servidor público para obtener unas retribuciones más ventajosas en el sector privado.

Todas estas cuestiones deben siempre considerarse desde la perspectiva del interés de lo público. Desde el interés mirado desde el punto de vista de la mayoría. Hay, claramente, privilegios que deben ser eliminados.

De forma general los servicios públicos, en su orientación y planificación, deben ser responsabilidad única del Estado como representante del interés de la mayoría. Por necesidades concretas podría cederse su gestión a cooperativas de trabajadores que demuestren una mejora de su eficiencia según los criterios de los ciudadanos.

Un servicio público que necesita muchos cambios para estar a la altura de la democracia que queremos es el Sistema Judicial. Claramente en el Consejo General del Poder Judicial debe haber representantes directos de los ciudadanos. Un órgano tan importante no puede quedar en manos de los intereses corporativos de jueces y magistrados. Ni incluso depender solamente del partido político con mayoría en el Parlamento.  Algo similar debe ocurrir con la política sanitaria, educativa, universitaria…

Este tema adquiere distintas perspectivas y es muy relevante tanto a nivel estatal como autonómico o municipal.

Conocer las decisiones que se toman, los argumentos por las que se toman, los pros y contras de cada decisión es un tema central para la profundización de la democracia. Es importante conocer, en cada servicio público, los gastos que este servicio supone y los detalles del porqué de esos gastos. Dónde están asignados, cuánto significa el coste de personal, el coste de los productos necesarios, etc. Igualmente lo que ese servicio público produce, a los ciudadanos que atiende, su grado de satisfacción, etc.

Es importante conocer las percepciones de los representantes públicos, del grupo de personas que necesitan para su funcionamiento y de los servidores públicos necesarios. En el ámbito de las contrataciones públicas es crítico conocer los criterios de adjudicación, los resultados de la misma y los responsables de tomar las decisiones clave en ese proceso sean funcionarios o representantes públicos.

La democracia requiere conocimiento, requiere información razonada.

Esta información, además de ser pública, deber ser proporcionada por los gobiernos de forma fácilmente procesable ya agregable. Necesitamos lo que empieza a denominarse como Gobiernos Abiertos que aporten Datos Abiertos.

Junto al gran volumen de datos existentes en Internet tenemos una gran carencia de datos públicos de relevancia sobre la acción de los gobiernos, las decisiones que toman, las razones sobre las mismas, etc. Tenemos más carencia aún sobre los activos que poseen las empresas que contratan con las Administraciones Públicas o reciben subvenciones de las mismas y sobre el valor de los mismos.

Datos abiertos (open data en inglés) es una filosofía y práctica que persigue que determinados datos estén disponibles de forma libre a todo el mundo, sin restricciones de copyrightpatentes u otros mecanismos de control.

Los datos públicos implican la publicación de información del sector público, e información pública de los ciudadanos, en formatos que permitan su reutilización por terceros para la generación de nueva información útil.

Un Gobierno Abierto debe asumir el compromiso de garantizar que la administración y operación de todos los servicios públicos que el Estado brinda puedan ser supervisadas por los ciudadanos. Esta obligación debe extenderse a garantizar que la información pública de una persona, jurídica o física, se aporte a la comunidad como un dato abierto.

En esta línea de transparencia deben actuar las organizaciones políticas, sindicales, etc.

Hay que hacer una apuesta decidida por lo público, su valor, su respeto y su cuidado. Esto requiere recolectar los impuestos adecuados para mantenerlo cada vez con mejor calidad, en beneficio de la mayoría de los ciudadanos. Pero también conseguir servicios públicos eficientes a juicio de la mayoría de la sociedad, justificar los costes de los mismos. No es suficiente que las administraciones públicas hagan las cosas bien desde un punto de vista normativo, sino que un buen gobierno en el sector público debe buscar aumentar la transparencia y la rendición de cuentas en la gestión, fomentar la cultura de ética pública, gestionar los impactos sociales, ambientales y económicos que se producen por la actuación de la Administración, y avanzar en la profundización democrática mejorando la participación de los usuarios y la población en general.

 

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sábado, 15 de noviembre de 2014

La organización de Podemos necesaria para Sevilla

En la últimas semanas se ha venido discutiendo dentro de Podemos la estructura organizativa. Ha habido y sigue habiendo un fuerte debate sobre el modelo de partido. Los debates sobre la forma de organizarse son muy importantes. Son debates políticos para escoger la forma de la organización e implícitamente el objetivo político que se persigue. Es claro que la forma de la organización debe escogerse en función del objetivo político que se persiga. De una forma muy simplificada, pero muy clara, las dos propuestas que se han estado discutiendo dentro de la Asamblea Ciudadana de Podemos han sido la del grupo de Claro que Podemos (Pablo Iglesias) y la de Sumando Podemos (Pablo Echenique).

Son dos propuestas organizativas muy diferentes en su espíritu e implícitamente, como he dicho antes, en los objetivos políticos que pretenden alcanzar. Claramente, en su momento, nos inclinamos por la propuesta de Pablo Iglesias y seguimos pensando que es la más adecuada. La propuesta de Pablo Iglesias Pablo Iglesias fue respaldada por más del 80% de los inscritos en Podemos. La discusión continuó con la exigencia por parte de Sumando Podemos (Pablo Echenique) a Pablo Iglesias para que incluyera en su propuesta de lista al resto de sensibilidades. En definitiva para que en su propuesta de lista para el Consejo Ciudadano no incluyera a todos los de su equipo. A Pablo Iglesias se le exigía que en su propuesta sólo incluyera un porcentaje de su equipo y el resto de otros equipos que habían defendido ideas diferentes e incluso contrarias. Al no ser aceptada su propuesta el grupo de Sumando Podemos retiró su candidatura. Tras las elecciones la candidatura propuesta por Pablo Iglesias ha sido elegida por abrumadora mayoría.

Podemos se ha dotado del mecanismo de toma de decisiones más democrático que se conoce en los partidos políticos europeos. En resumen se presentan ideas firmadas por grupos de personas. Estas ideas se discuten en los círculos de forma presencial o a través de herramientas telemáticas como la Plaza Podemos u otras similares creadas para la discusión. Los círculos, y en general las asambleas presenciales, no son sitios para decidir. Son sitios para debatir. Para conocer personalmente a otras personas con las que poder colaborar. Las decisiones importantes se pasan a votar y la votación se lleva a cabo por todos los inscritos. Para hacer esto operativo para que una decisión se pase a votar tiene que tener un número mínimo de apoyos entre los inscritos o entre los círculos existentes.

Así ha transcurrido la Asamblea Ciudadana. Se ha sacado la discusión al público en general. Se ha motivado a que se los ciudadanos se inscriban y puedan decidir un tipo de organización u otro, puedan decidir una candidatura u otra. En definitiva el proceso de toma de decisiones, tras una discusión pública, razonada y argumentada, ha recaído en el total de los inscritos. Esto es lo que ha hecho posible que en el plazo de unas semanas el número de inscritos haya pasado de 100000 a alrededor de 250000 superando el número de afiliados de denominado grandes partidos españoles.

Ha sido un proceso muy exitoso y algo debemos aprender de él. Ahora hay que repetir el proceso e cada ciudad del estado y posteriormente en cada autonomía. En Sevilla en particular ya se ha comenzado la discusión. Lo primero que podemos decir es que la discusión está abierta de nuevo en los mismos términos. Siguen existiendo dos grandes posturas independientemente del sentimiento mayoritario de las decisiones de la Asamblea Ciudadana del estado. Se sigue proponiendo que las propuestas de candidaturas se restrinjan a un porcentaje de los puestos disponibles, que se nombren varios secretarios generales ayudantes del primero. Se propone por parte de otros que se forme una única candidatura de consenso formada por dos representantes de cada uno de los trece círculos de Sevilla.

Frente a ello creemos que hay que seguir en la línea mayoritariamente escogida en la Asamblea Ciudadana Estatal: las candidaturas a Secretario General, Consejo Ciudadano y Comisión de Garantías se pueden hacer al total de los puestos elegibles sin restricción alguna aunque también puede haber candidaturas parciales o solamente personales. La listas son abiertas y posteriormente los inscritos deciden. Como antes es necesario sacar la discusión al público, disponer de las herramientas telemáticas de las que se ha dispuesto en la Asamblea Ciudadana del Estado. Sacar la discusión al público es lo que permitirá que el número de inscritos en Sevilla aumente. Permitirá ir construyendo las imágenes públicas de las personas que posteriormente podrán presentarse a las municipales o las autonómicas.

Como hemos dicho arriba, y aunque parezca una obviedad, hay que volver a decir que una organización debe estructurarse para conseguir sus fines. Si no sirve para esos fines la organización es inútil. Es, por lo tanto, muy importante dejar claro, desde el principio, cuál debe ser el fin principal de una organización política como Podemos. Desde nuestro punto de vista este fin es conseguir una mayoría social que se plasme en una mayoría electoral que permita, en la Parlamento estatal, en los parlamentos autonómicos y en los Ayuntamientos, cambiar las leyes actuales por otras que beneficien a la mayoría.

Junto con la forma de la organización hay que diseñar un programa electoral que incluya los deseos e intereses de la mayoría buscada. Si sólo pensamos en una minoría indignada será muy difícil alcanzar la mayoría electoral. Pero este tema lo dejaremos para un poco más adelante aunque cada candidatura que se presente debería ir hablando de detalles del programa electoral, del currículum de los miembros de la candidatura. Eso nos permitirá elegir y sobre todo que los inscritos en Podemos elijan con más criterio.

Estamos convencidos de la necesidad de personas responsables en cada nivel geográfico: barrio, ciudad, provincia, comunidad autónoma, estado. Unos responsables que quieran serlo y que compitan para serlo a cada nivel como se ha hecho a nivel estatal. Lo principal es que quieran serlo y se ganen la confianza para serlo durante el tiempo establecido. Además es conveniente se elija un bloque que se presenta junto a competir para ser elegido en vez de formar un comité con personas de las distintas sensibilidades que siempre existen. Designar un comité con cargos rotatorios o con cargos elegidos por sorteo es una forma de hacer inoperante una organización. La cuestión clara es que los miembros de los comités de cada nivel, tienen que querer estar, de querer competir por estar y formar un bloque homogéneo con sensibilidades similares y confianza personal entre ellos. Evidentemente, con mayor énfasis que a los representantes en el Parlamento, a los miembros de los diversos comités, ahora en el ámbito de Sevilla Secretario General, Consejo Ciudadano y Comité de Garantías, hay que exigirle transparencia y responsabilidad por las acciones que toman y la posibilidad de ser revocados si no actúan con transparencia y responsabilidad.

Es necesario personas que tomen decisiones, se hagan responsables de ellas, tengan iniciativas antes las circunstancias cambiantes y a las que hay que dar el margen necesario de confianza para coordinarse con los miembros de los distintos ámbitos geográficos.

 

En definitiva sigamos los pasos marcados por abrumadora mayoría en la Asamblea Ciudadana Estatal. Animemos a que se presenten candidaturas al total de los puestos a elegir por grupos de personas que formen equipos humanos con confianza entre sí, con ganas de competir para ser elegidos, con ganas de dedicar mucho tiempo a la defensa de los intereses de la mayoría. Abramos el debate al público en general y pidámosle que se inscriban en Podemos para elegir la mejor candidatura posible a través de votación telemática complementada con mesas presenciales que se puedan poner en sitios estratégicos.

martes, 21 de octubre de 2014

Podemos mucho más democrático que Ganemos

Tras el éxito electoral de Podemos en las europeas un ambiente de esperanza transformadora se ha extendido por España. La realidad ha desbordado todas las expectativas y un aluvión de personas se han inscrito en Podemos y están participando en las discusiones sobre la estructura del partido, sus principios éticos y las líneas maestras del futuro programa electoral para la elecciones generales.

Pero antes están las elecciones municipales y hay, en Podemos, una importante discusión sobre la necesidad y la oportunidad de presentarse a las mismas dada la incipiente estructura del partido sobre todo fuera de Madrid.

Mientras tanto han surgido los distintos Ganemos con el objetivo de formar un movimiento ciudadano para presentarse a las municipales. En un primer momento los Ganemos surgieron de iniciativas personales que buscaban reunir a personas y movimientos sociales. En estos momentos los Ganemos están impulsados fundamentalmente por Izquierda Unida, partidos como Equo y otros partidos que concurrieron con diferente éxito a las elecciones europeas.

Hemos visto el funcionamiento de la reuniones de Ganemos, al menos en Sevilla, y hemos podido comprobar el funcionamiento y organización de Podemos. Sus mecanismos de discusión y sus mecanismos de toma de decisiones. Es importante comparar ambos porque el modelo organizativo y los mecanismos de toma de decisiones de una organización política que pretende ganar unas elecciones dan un mensaje claro de lo que hará si gobierna. Da un mensaje claro del tipo de sociedad que busca.

La primera conclusión, desde nuestro punto de vista, es que Podemos es más democrático que Ganemos, que Podemos es más transparente que Ganemos, que Podemos es más moderno que Ganemos en el uso de las tecnologías disponibles para la toma decisiones democráticamente. Veamos algunos detalles.

En Podemos los documentos en discusión se presentan en un foro firmados por personas concretas que ponen su nombre debajo de sus ideas. Las ideas son defendidas por personas o grupos de personas. En el proceso de discusión puede haber elementos de modificación y enriquecimiento de las propuestas. Los que firman un documento pueden hacer suyas las ideas expuestas por otros o fusionar sus ideas con otros. Pero son los firmantes los que deciden que aceptar o modificar y finalmente proponer un documento con sus ideas. Finalmente de entre los documentos presentados se elige uno por la mayoría.

En Podemos las asambleas no son decisorias. Son foros de discusión. Las asambleas presenciales son plazas para debatir e intercambiar ideas pero no para decidir.

En Podemos la toma de decisiones, para elegir entre distintos documentos propuestos, para elegir por primarias a los candidatos, para tomar una decisión de calado, etc., se llevan a cabo votando todos los que están inscritos en Podemos. Actualmente del orden de 140000.

Estos mecanismos adoptados por Podemos nos ofrecen una idea del tipo de Democracia Participativa que llevará a la práctica si alcanza el gobierno estatal, autonómico o municipal. Una idea que compartimos. Estamos convencidos de que la toma pública de decisiones en una democracia debe partir de ideas expresadas por ciudadanos y defendidas con su nombre, una posterior discusión en todos los foros posibles que pueden incluir las asambleas, y finalmente una votación por todos los miembros del colectivo. En el caso de una organización política el colectivo son todos los inscritos. En el caso de toma de decisiones en un municipio, una comunidad autónoma o un país, el colectivo son todos los ciudadanos. Estamos hablando, entonces, de un referéndum.

La decisiones del día a día se toman en Podemos por personas elegidas. Entre ellas un portavoz. En breve se conocerán los detalles.

En Ganemos las cosas son muy diferentes. Los temas de fraccionan en subtemas. Para cada subtema se crea una comisión a que puede asistir cualquiera. Entre los asistentes a las reuniones de cada comisión se elabora una única propuesta sobre el tema concreto. En cada comisión se busca el consenso. Esto es que cada uno de los asistentes ceda en algún aspecto, esencial o no, para conseguir una única propuesta. El documento final no tiene firmantes. Firma la comisión como un todo.

Con los documentos de las distintas comisiones se convoca una asamblea general. Esa asamblea, los que están allí de modo presencial, deciden si apoyan o no los documentos que ha propuesto las comisiones. Uno por cada tema de interés.

Este mecanismo, desde mi punto de vista, coarta la libre circulación de las ideas, impide la expresión de opiniones por parte de personas concretas. El mecanismo de consenso en la redacción de documentos y propuestas es paralizante. Da lugar, en la mayoría de los casos, a propuestas huecas puesto que se tienen que eliminar las contradicciones.

El mecanismo de toma de decisiones, relevantes para una organización política o para el conjunto de los ciudadanos, solamente por los presentes en una asamblea es antidemocrático. Por muy grande que sea la asamblea.

 

Si Ganemos quiere profundizar la democracia tiene que seguir las propuestas de Podemos.

domingo, 21 de septiembre de 2014

Necesitamos una organización democrática y eficaz

Una organización como Podemos se estructura en círculos que agrupan a personas a nivel de barrios o ciudades. Dicho esto, hace falta, además, una estructura organizativa adicional para ser operativos. La primera necesidad es constituir un censo de las personas que pertenecen a cada círculo. La segunda es elegir en cada círculo o grupos de círculos (barrio, ciudad, provincia, comunidad autónoma, estado) unos comités o comisiones que se responsabilicen de proponer iniciativas, de convocar las reuniones de los círculos, de ser la imagen ante el exterior… La tercera es establecer un mecanismo claro de toma de decisiones. La cuarta es buscar los candidatos a los ayuntamientos, parlamentos autonómicos y a nivel estatal.

A algunas de las necesidades se les ha dado solución a otras no.

En las negociaciones entre grupos previas a las elecciones europeas hemos tenido experiencias que hemos de tener en cuenta. Esa experiencia ha demostrado que hacen falta personas que tomen iniciativas, que arriesguen aunque luego se equivoquen, que piensen en la sociedad que nos rodea y en sus demandas más que en sus pequeños intereses particulares.

La primera cuestión es la necesidad de personas responsables en cada nivel geográfico: barrio, ciudad, provincia, comunidad autónoma, estado. Hay que elegir unos responsables a cada nivel. Unos responsables que quieran serlo y que compitan para serlo a cada nivel. Lo principal es que quieran serlo y se ganen la confianza para serlo durante el tiempo establecido. Unas personas que serán las caras, la imagen pública de la opción política que estamos construyendo. Una opción política sin personas conocidas públicamente por su ejemplaridad profesional, por su dedicación a las cosas públicas, por su honestidad, es una opción política con poco futuro.

 

Son necesarios comités en cada círculo y en cada nivel territorial

 

Hay que elegir comités o comisiones, con personas responsables que quieran ser y sean elegidos para ser la imagen de la opción política, a cada nivel geográfico. En los primeros momentos, ahora,  hay que dotarse de mecanismos para elegir esos comités de los diferentes niveles (barrio, ciudad, provincia, comunidad autónoma, estado)  e ir a un congreso estatal, posiblemente otro autonómico, cuyo objetivo debería ser concretar el programa electoral y fijar la estructura de la organización. En concreto los mecanismos para elegir los comités de los distintos niveles y el reglamento de funcionamiento.

Es los comités son necesarias personas que tomen decisiones, se hagan responsables de ellas, tengan iniciativas antes las circunstancias cambiantes y a las que hay que dar el margen necesario de confianza para coordinarse con los miembros del resto de comités. Personas que formen parte de los comités necesarios para que una organización funcione.

Una cuestión importante es que los miembros de los comités de cada nivel, tienen que querer estar, tienen que competir por estar con otras opciones dentro de los círculos correspondientes o dentro de las agrupaciones de círculos de un área geográfica. Elegir un los cargos de un comité de manera rotatoria o con cargos elegidos por sorteo es una forma de hacer inoperante una organización. 

La elección a los comités de los distintos niveles debería hacerse entre las distintos grupos de personas que se presenten. Cada grupo de personas, que pretenda ser elegido para un comité, debería presentar un plan de actuación, unas prioridades sobre las que trabajar.

Evidentemente, con mayor énfasis que a los representantes en el Parlamento, a los miembros de los diversos comités hay que exigirle transparencia y responsabilidad por las acciones que toman y la posibilidad de ser revocados si no actúan con transparencia y responsabilidad.

 

La toma de decisiones

 

Los mecanismos de toma de decisiones son claves. Para poder tomar decisiones hay que, previamente, preparar alternativas sobre las que escoger. Decisiones importantes son el programa electoral, la elección de los miembros de los comités, la elección de los candidatos a ayuntamientos y parlamentos, y otros temas que se puedan considerar relevantes.

La iniciativa para proponer un tema a debate y posteriormente decidir sobre él debe surgir de los comités. Se deben proporcionar alternativas, a ser posible más de una, maduras, pensadas y argumentadas. Estas alternativas deben votar por los miembros de los círculos, una persona un voto, o por toda la población según los temas. Hay dos tipos entonces: cerradas dónde sólo votan los integrantes del censo de los círculos o abiertas dónde puede votar todas las personas que manifiesten previamente su interés. Hay que establecer con claridad que temas se deciden por mecanismos cerrados y cuales se deciden por mecanismos abiertos.

Hay que diseñar mecanismos de votación claros, usando las tecnologías disponibles. Los mecanismos de votación en asambleas presenciales son insuficientes y en muchos casos no representativos del colectivo que no va o no quiere ir a las asambleas. Hay que perfeccionar poco a poco los mecanismos de toma de decisiones.

Hay que huir de propuestas que surgen por consenso sin madurar, sin debatir, sin opciones alternativas. Es preferible que cuando en un comité, en una comisión, en un grupo de trabajo haya opciones diferentes se presenten ambas, con sus argumentaciones propias, a todo el colectivo. Es conveniente, además, que cada opción, surja de donde surja, sean defendidas por personas con nombre y apellidos. Sólo las opciones votadas irán firmadas por un círculo o agrupación del nivel geográfico que se trate. Los nombres de las personas, aportan a una idea o a una alternativa, matices muy importantes a la hora de ser apoyada por unos u otros.

 

Los representantes en parlamentos y ayuntamientos

 

Como hemos dicho antes la clase política española en el poder no está a la altura de las circunstancias. La corrupción en los políticos es demasiado alta y los partidos no reaccionan. La falta de iniciativa frente a la corrupción y la economía sumergida es total. La reacción ante las imposiciones de Bruselas inexistente.

Pero la solución a esos problemas no es eliminar a los políticos. No es reducir el número de parlamentarios. La solución es buscar otro tipo de políticos. Eso se conseguirá estableciendo mecanismos que favorezcan la elección de otro tipo de políticos.

Los cargos políticos tienen que rotar. Un político no puede estar toda la vida cobrando de su actividad como representante público: como concejal, alcalde, diputado, parlamentario, senador,… El tiempo global cobrando como cargo público en sus diversas variantes debe estar limitado.

Necesitamos representantes en las instituciones que sólo pretendan estar de forma transitoria en la vida pública. Que asuman la transparencia como un preciado bien. Que defienda lo público a todos los niveles. En primer lugar dando cuenta de sus propiedades e ingresos y los de sus familiares cercanos. En segundo lugar de los gastos en asesores, dietas… Y en tercer lugar, y lo más importante, la transparencia en las decisiones que toman. Por ejemplo los acuerdos que implican contrataciones públicas, reconversiones de terrenos,…

En definitiva hay que crear los mecanismos para que entren otro tipo de políticos. Esta tarea no es fácil. Es de las más complejas con las que nos tenemos que enfrentar. Una medida de la calidad democrática será la madurez de este tipo de mecanismos.

Por una parte se necesitan mecanismos de control de la elección de los candidatos y de seguimiento de sus decisiones. Por otra es necesario aplaudir las decisiones tomadas en beneficio de la mayoría y agradecer públicamente la dedicación a lo público por aquellos representantes que lo merezcan. Necesitamos políticos en todas las instituciones, personas generosas que quieren dedicar su tiempo a la gestión de lo público, a defender los intereses de la mayoría más desfavorecida. No es tarea fácil y por eso tenemos que reconocérselo a los que lo merezcan.

Parece claro que deben usarse primarias abiertas a los ciudadanos interesados para conformar listas electorales. Podemos ha dado un paso importante en esta dirección.

Pero eso no es suficiente. Son necesarios compromisos de dimisión de los cargos elegidos y mecanismos para hacerlos dimitir si no cumplen con el programa que prometieron a sus electores. Aquí hay que reformar algunas leyes para que esto sea posible y hay que aclarar cuál es el mecanismo de revocación.

 

En cuanto a las retribuciones a los cargos públicos debe regirse por el principio de transparencia. Tiene que quedar claro sus percepciones y los conceptos por los que se percibe. Tienen que quedar claras las percepciones de los equipos de trabajo que necesiten y por qué los necesitan. Como principio general cualquier candidato a cargo público debería percibir una cantidad similar a la que percibía en su trabajo previo a optar al cargo. Terminado el tiempo como representante público debería acumular unos beneficios similares a los que hubiera acumulado en su trabajo previo y poder volver a él.

La reforma de la Administración Pública y la profundización de la democracia.

Hay que hacer una apuesta decidida por lo público, su valor, su respeto y su cuidado. Esto requiere recolectar los impuestos adecuados para mantenerlo cada vez con mejor calidad, en beneficio de la mayoría de los ciudadanos. Estoy requiere aumentar los impuestos directos, y no disminuirlos como se está haciendo. Esto requiere recuperar impuestos eliminados en muchas comunidades autónomas como el de sucesiones. Esto requiere transparencia y claridad en los impuestos que cada uno pagamos.

Una base fundamental de la democracia en Europa es el mantenimiento y profundización de los servicios públicos para la mayoría de la población: justicia, enseñanza, sanidad, pensiones, atención a los mayores, niños y discapacitados, atención al desempleo, renta básica…

Si los servicios públicos no se mantienen y los partidos políticos siguen cediendo a las presiones de la minoría poderosa, que cada vez concentra más riqueza e ingresos, que evade impuestos, si no persigue a los que defraudan a diferentes niveles, aumentará la desafección de los ciudadanos hacia los políticos. Y lo que es más importante se empezará a poner en cuestión las bases de la democracia que con tantos esfuerzos hemos construido. Democracia que en España costó muchos años y vidas conquistar y que ahora empieza a resquebrajarse con el deterioro de los servicios públicos, el control de los medios de comunicación por una minoría, la privatización de la sanidad, la enseñanza (España es uno de los países europeos con más colegios privados y concertados).

Para aumentar la calidad de la democracia hay que aumentar la calidad de los servicios públicos: medios de comunicación, sanidad, enseñanza,… Y debemos tener en cuenta que la calidad tienen que medirla los usuarios de los servicios públicos y la población en general. Eso implica la necesidad de diseñar nuevos mecanismos de participación de los ciudadanos en la evaluación, gestión y orientación de los servicios públicos. Eso implica participación de los usuarios en la gestión y dirección de los hospitales y de la política sanitaria, en las Universidades, las escuelas y en la política educativa, en la gestión de las televisiones públicas,… Eso implica crear comisiones, donde participen ciudadanos elegidos directamente, para gestionar y tomar decisiones relevantes, en sectores como el energético, grandes infraestructuras,…

Es importante destacar que el mantenimiento de la calidad de los servicios públicos no es equivalente al mantenimiento del salario de los servidores públicos. Este elemento es clave si queremos avanzar en la profundización de la democracia. Los funcionarios son necesarios pero puede que no hagan falta tantos. En algunos casos se han convertido en un sector privilegiado de la sociedad. Un privilegio que en muchos casos no acepta la mayoría de la población si no está justificado.

La calidad debe ser medida por los ciudadanos que los usan y por la población en general que los mantiene con sus impuestos. Para aumentarla no solo se trata de dedicar más recursos públicos, que evidente hay que hacer, hay que también introducir medidas en los Servicios Públicos que premien a los mejores servidores públicos y evidencien a los peores. Hay muy buenos profesionales en los servicios públicos y también otros que no se merecen el salario que ganan. Hay que introducir más transparencia en los resultados obtenidos y también quién trabajó más para conseguirlos. Hay que destacar a los mejores profesionales en los servicios públicos frente a los demás, premiarlos económicamente y permitirles tomar las decisiones importantes junto a los representantes directos de los ciudadanos y de los partidos políticos elegidos. En definitiva los trabajadores de los servicios públicos debemos tener las mismas ventajas y responsabilidades que los trabajadores de los sectores privados. Eso implica la posibilidad de ser despedido si no se cumplen con las funciones necesarias en el servicio público. También es importante incrementar la transparencia en las percepciones de los funcionarios que tienen, además, una retribución del ámbito privado o que usan o han usado su posición como servidor público para obtener unas retribuciones más ventajosas en el sector privado.

Todas estas cuestiones deben siempre considerarse desde la perspectiva del interés de lo público. Desde el interés mirado desde el punto de vista de la mayoría. Hay, claramente, privilegios que deben ser eliminados.

De forma general los servicios públicos, en su orientación y planificación, deben ser responsabilidad única del Estado como representante del interés de la mayoría. Por necesidades concretas podría cederse su gestión a cooperativas de trabajadores que demuestren una mejora de su eficiencia según los criterios de los ciudadanos.

Un servicio público que necesita muchos cambios para estar a la altura de la democracia que queremos es el Sistema Judicial. Claramente en el Consejo General del Poder Judicial debe haber representantes directos de los ciudadanos. Un órgano tan importante no puede quedar en manos de los intereses corporativos de jueces y magistrados. Ni incluso depender solamente del partido político con mayoría en el Parlamento.  Algo similar debe ocurrir con la política sanitaria, educativa, universitaria…

 

Este tema adquiere distintas perspectivas y es muy relevante tanto a nivel estatal como autonómico o municipal.

La democracia necesita transparencia

Conocer las decisiones que se toman, los argumentos por las que se toman, los pros y contras de cada decisión es un tema central para la profundización de la democracia. De igual manera es importante conocer, en cada servicio público, los gastos que este servicio supone y los detalles del porqué de esos gastos. Dónde están asignados, cuánto significa el coste de personal, el coste de los productos necesarios, etc. Igualmente lo que ese servicio público produce, a los ciudadanos que atiende, su grado de satisfacción, etc.

Es importante conocer las percepciones de los representantes públicos y del grupo de personas que necesitan para su funcionamiento. En el ámbito de las contrataciones públicas es crítico conocer los criterios de adjudicación, los resultados de la misma y los responsables de tomar las decisiones clave en ese proceso sean funcionarios o representantes públicos.

También es importante conocer las propiedades de diferentes tipos que cada uno posee, tanto si es una persona física como jurídica. Pero hace falta implicar a la mayoría de la sociedad en el tema.

Hay que abordar el problema de la economía sumergida, grande y pequeña, haciendo un escrutinio público de las propiedades e ingresos de personas y empresas, ya en España o en paraísos fiscales.

La democracia requiere conocimiento, requiere información razonada.

Esta información, además de ser pública, deber ser proporcionada por los gobiernos de forma fácilmente procesable ya agregable. Necesitamos lo que empieza a denominarse como Gobiernos Abiertos que aporten Datos Abiertos.

Junto al gran volumen de datos existentes en Internet tenemos una gran carestía de datos públicos de relevancia sobre la acción de los gobiernos, las decisiones que toman, las razones sobre las mismas, etc. Tenemos más carestía aún sobre los activos que poseen las empresas y las personas y sobre el valor de los mismos.

Datos abiertos (open data en inglés) es una filosofía y práctica que persigue que determinados datos estén disponibles de forma libre a todo el mundo, sin restricciones de copyrightpatentes u otros mecanismos de control.

Los datos públicos implican la publicación de información del sector público, e información pública de los ciudadanos, en formatos que permitan su reutilización por terceros para la generación de nueva información útil.

Un Gobierno Abierto debe asumir el compromiso de garantizar que la administración y operación de todos los servicios públicos que el Estado brinda puedan ser supervisadas por los ciudadanos. Esta obligación debe extenderse a garantizar que la información pública de una persona, jurídica o física, se aporte a la comunidad como un dato abierto.

 

En esta línea de transparencia deben actuar las organizaciones políticas, sindicales, etc.