Tras las elecciones europeas y el éxito de Podemos se han abierto nuevas perspectivas en la situación política española y nuevas esperanzas de transformar la realidad. Ahora hay que buscar como continuar. Como conseguir que la nueva alternativa no sea sólo una ilusión fugaz y pueda convertirse en una opción electoral con aspiraciones de ser mayoritaria y por lo tanto poder cambiar las cosas en el parlamento español y europeo. En definitiva una opción electoral con la fuerza adecuada para profundizar en la democracia y representar los intereses de la mayoría de la población.
Para conseguir ese objetivo hay que aunar los intereses de la mayoría de de una amplia mayoría de población y no sólo los intereses de la parte más indignada de la sociedad. El programa electoral y la imagen transmitida por la nueva opción política deben huir de populismos y soluciones fáciles a problemas complejos.
Si asumimos que este es el objetivo la primera tarea es diseñar un programa electoral que incluya los deseos e intereses de la mayoría buscada. Si sólo pensamos en una minoría indignada será muy difícil alcanzar la mayoría electoral. Hay que incluir elementos de profundización de la democracia como la reforma de los Servicios Públicos, la apuesta decidida por la transparencia, la lucha contra evasión fiscal y la corrupción grande y pequeña, el apoyo a los empresarios no rentistas… Además de la reforma más progresiva de los impuestos y el aseguramiento de las condiciones de vida dignas para todas las personas…
Hay que concretar, por lo tanto, el programa electoral para incluir a la mayoría. Si no se hace la estructura que construyamos se cimentará sobre bases poco firmes.
¿Pero asumido el objetivo y fijado el programa qué tipo de organización hace falta? Claramente tiene que ser una organización democrática pero a la vez efectiva y adecuada para conseguir sus objetivos.
Una de las cosas a discutir ahora es la forma de la organización. En primer lugar, y aunque parezca una obviedad, hay que decir que una organización debe estructurarse para conseguir sus fines. Si no sirve para esos fines la organización es inútil. Es, por lo tanto, muy importante dejar claro, desde el principio, cuál debe ser el fin principal de una organización política como Podemos. Desde nuestro punto de vista este fin es conseguir una mayoría social que se plasme en una mayoría electoral que permita, en el Parlamento, cambiar las leyes actuales por otras que beneficien a la mayoría.
En España la clase política en el poder no está a la altura de las circunstancias. La corrupción en los políticos es demasiado alta y los partidos no reaccionan. La falta de iniciativa frente a la corrupción y la economía sumergida es total. Tampoco reaccionan ante la imposición de Bruselas de políticas antipopulares.
Pero la solución a esos problemas no es eliminar a los políticos. No es reducir el número de parlamentarios. La solución es buscar otro tipo de políticos. Eso se conseguirá establecer mecanismos que favorezcan la elección de otro tipo de políticos.
¿Y para conseguir el objetivo qué unidad buscar? ¿Una unidad con las alternativas que concurrieron a las elecciones pero que no han obtenido escaños para Europa, con algunas de ellas que si han obtenido escaño y se dicen más de izquierdas como IU o una unidad más amplia que incluya a los anteriores más el PSOE?
Si cualquiera de las alternativas anteriores se lleva a cabo mediante la negociación entre los núcleos dirigentes sin más, sin reflexionar sobre el programa electoral necesario, sin elegir a un nuevo tipo de políticos, entonces, la unidad escogida no tendrá mucha proyección en el futuro. Sólo será un destello puntual y pasajero.
La idea de unidad estará completamente indefinida si el programa a defender no está claro a priori. El programa no puede salir de la negociación entre varias fuerzas políticas. Hay que concretarlo antes de hablar de unidad.
Por último hay que hacer constar que un programa electoral para que sea creíble, para que tenga posibilidades de conseguir la mayoría necesaria, tiene que estar presentado por personas conocidas y creíbles. Esas personas, el cartel electoral, hay que elegirlas con tiempo, con mucha difusión de sus méritos, de sus compromisos. Con mucha transparencia de su entorno, de sus historia. Hay que elegir a muchas personas que quieran comprometerse como representante público: a nivel municipal, autonómico y estatal.
Para construir el programa tomo como referencia lo existente. Parto de ello y sugiero cambios o resalto aspectos relevantes.
El programa electoral de podemos se puede encontrar aquí.
Ya hemos hecho algunos comentarios previos en Tras las Elecciones Europeas.